¡No Puedes Evitar Sumergirte en la Música: Una Experiencia Inolvidable!
Recuerdo hace unos años, en el momento en que tenía librería de una editorial (que me agradaría regresar a tener, prontísimo), que me visitaban varios amigos prácticamente todos los días, varios para admitir libro, otros para charlar de trabajos y días . , desiertos y noches, y otros sencillamente como una escala, un punto medio en el sendero hacia otro rincón.
Quienes visiten el sitio que amorosamente abrimos en esos días, van a saber que en el hogar todo puede faltar menos la música: mi casa, mis días, mi vida, completa sin música cobijando mis espacios, mis oídos complacen a mis pasos, mis manos, mis ecos. . La audición está íntimamente relacionada con muchas de las reacciones fisiológicas de su cuerpo. Tus tímpanos captan sonidos de muchas fuentes distintas, como el canto de los pájaros, la voz de un amigo por medio de tu móvil, el sonido del temporizador del horno o la vigorosa lista de reproducción que empleas para llevar a cabo ejercicio. El cerebro transforma estas ondas de sonido en señales inquietas electroquímicas, y aquí es donde el sonido toca una fibra sensible.
Los ruidos realmente fuertes hacen que tu cerebro libere cortisol, lo que incrementa tu continuidad cardiaca y desata tu reacción de pelea o escapada. El sonido de una voz familiar o extraña desata otra cascada química, y tu cerebro y tu cuerpo argumentan consecuentemente. Y más allá de que esto era fundamental para la supervivencia anteriormente, un sistema auditivo tan adelantado en este momento es considerablemente más útil para la comunicación.
De qué manera comprender los desenlaces
La investigación se aúna a una secuencia de trabajos que proponen que la cognición popular está relacionada con la apreciación musical. La gente sensibles y prestas a empatizar con las desgracias extrañas son recompensadas de alguna manera, en un caso así representada con música triste, a lo largo del desarrollo. ¿Por qué razón pasa esto? Hay múltiples teorías sobre esto.
Solo probablemente halla una recompensa bioquímica. Todos hemos experimentado el alivio y la alegría una vez que se nos rompe el corazón. Esto se origina por un coctel de químicos causado por el llanto. Una teoría reciente recomienda que aun el mal falso marcha para mentir a nuestros cuerpos a fin de que desencadenen una contestación endocrina de este género, desarrollada para calmar el mal mental que acompaña a una pérdida real.
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